La reflexologÃa es la terapia de tratamiento basada en el principio de que hay zonas y puntos reflejos en pies y manos, que se corresponden con todas las glándulas, órganos y partes del cuerpo. En la reflexologÃa se aplican presiones especÃficas a estos puntos reflejos para lograr asà numerosos beneficios terapéuticos
La historia de la reflexologÃa tiene cerca de 5.000 años de antiguedad, se sabe que los chinos, lo japoneses y los egipcios comenzaron con esta técnica en los inicios de la medicina.
En China eran conocidas las virtudes terapéuticas de esta disciplina, empleada frecuentemente junto a la acupuntura.
En el siglo IV antes de nuestra era, un médico chino, Wang – Wei, después de colocar las agujas en el cuerpo de sus pacientes, efectuaba presiones en las plantas de los pies de manera firme, durante varios minutos, hasta conseguir el efecto terapéutico deseado. También existen al dÃa de hoy, papiros que muestran como entre los egipcios era muy común la práctica de masajes en los pies.
La reflexologÃa en Occidente la inició el Dr. William Fitzgerald quien, estudiando el sistema energético descrito por la medicina tradicional china, promueve una terapia basada en el tratamiento de las zonas reflejas, tomando como elementos de conexión las lÃneas longitudinales de energÃa que recorren el cuerpo de los pies a la cabeza.
Sus estudios lo llevaron a la conclusión de que ejerciendo presión sobre unos puntos determinados (principalmente en los pies), se lograba un equilibrio fisiológico en otras zonas corporales.
Siguiendo estas prácticas el Dr. Riley, amigo personal y defensor a ultranza de Fitzgerald, contribuyó a la difusión de la reflexologÃa de un modo decisivo. Durante una charla sobre la terapia de las zonas reflejas el Dr. Riley entabló conversación con Eunice Ingham, una masajista americana que, serÃa la creadora de la terapia reflexológica tal y como hoy la conocemos.
Ingham quedó fascinada por esta práctica terapéutica introduciéndola en el hospital donde trabajaba. Los resultados fueron muy alentadores ya que los enfermos en los que aplicaba sus conocimientos, manifestaban reducciones de dolor, mejora de movilidad y recuperación natural.
Eunice Ingham abandonó su trabajo en el hospital para dedicarse por completo a la reflexologÃa. Profundizó en su estudio escribiendo varios libros, entre ellos "Historias que los pies podrÃan contar", y confeccionó el primer mapa reflexológico con las correspondencias entre órganos, glándulas y huesos con las distintas zonas plantares..
Con el paso del tiempo, la medicina tradicional aceptó y adoptó las técnicas reflexológicas, siendo reconocida como medio de curación de algunos trastornos y es utilizada como apoyo en el tratamiento de gran cantidad de enfermedades.
El reflexólogo trabaja cada punto reflejo, desencadenando con ello una liberación del estrés y la tensión en la zona correspondiente del cuerpo, asà como una respuesta general de relajación. La liberación de la tensión desbloquea los impulsos nerviosos y mejora el suministro sanguÃneo a todas las partes del cuerpo. Ya que la reflexologÃa trabaja desde dentro, también tiene un efecto equilibrador sobre cada glándula, órgano y región del cuerpo. Habitualmente, los clientes expresan alivio de la tensión y el dolor, una mayor sensación de bienestar y el aumento de su energÃa.
También normaliza el flujo linfático hacia diversas zonas del cuerpo, activando la oxigenación de los tejidos y la eliminación los desechos. En cada pie hay 7.200 terminaciones nerviosas, lo que quizá explique por qué nos sentimos muchos mejor cuando nos tratan los pies. Las terminaciones nerviosas de los pies tienen extensas interconexiones a través de la médula espinal y el cerebro con todo el cuerpo, lo que los convierte en un instrumento ideal para liberar la tensión e intensificar la buena salud.